sábado, 10 de noviembre de 2007

¡Ux, que me quemé!


Vivía en Duyos un matrimonio sin hijos; en las noches de invierno, después de tomar la cena, el marido, se iba a conceyar a casa de un vecino y mientras tanto, la mujer amasaba una torta y la ponía a cocer en el llar; durante la cocedura de la pasta, la buena mujer acurrucábase sobre un riestro y comenzaba a hilar dorados copos de lino...
Cuando la torta estaba en su punto de cocción, el diablillo, que estaba en la cuña esperando este momento, bajaba por las calamiyeres, cogía la torta y se iba por el camino que había traído diciendo:
-¡Ja,ja,ja que te la pegué!
Y esto ocurría una y otra noche sin que la mujer se atreviera a decirle nada al bromista; pero una vez, se puso de acuerdo con su marido para que éste se quedara hilando, vestido con la ropa de su esposa, y poner una piedra en el llar en vez de una torta.
A la hora acostumbrada se asomó el Diablo Burlón a la baranda de la cuña y quedó sorprendido al ver que la hilandera tenía barba. Sin atreverse a bajar, como otras veces, dijo ahuecando la voz:
- ¡Oye! ¿Tienes barbes y files?
- ¡Sí!
- ¿Files y non salives?
- ¡Sí!
- ¿Quieres que coja la torta?
- Cógela, si quieres.
Entonces el diablillo bajó muy contento, pero en vez de la torta cogió la piedra ingrienta y restregándose las manos subió por las calamiyeres diciendo:
-¡Ux, que me quemé!
Cuánto nos hemos reído en las esvillas y en la fila con los cuentos de este personaje alegre y divertido, que recuerda a los cobales, genios burlescos, que, según los griegos, formaban parte de la bulliciosa corte de Baco.
En Alemania existe el Kobold, duende familiar, parecido al Diablo Burlón asturiano; viste también de colorado y se dedica a hacer las mismas diabluras.

(Leyenda extraída de "El Libro de Caravia" de Aurelio de Llano Roza de Ampudia)

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